martes, 27 de octubre de 2009

UNA DE LAS TANTA DE FRANCISCO DE QUEVEDO

Francisco de Quevedo con el sagaz ingenio de sus repuestas y ocurrencias, llegó a apostar con sus amigos una gran suma de dinero a que era capaz de reprochar a la reina (Doña Isabel, esposa de Felipe IV) su regia cojera ante toda la corte. Al recibir las apuestas de todos sus amigos (no pensaron que se atrevería), Quevedo aguardó la ocasión.

Al poco tiempo, fue invitado a Palacio a una importante recepción. Se presentó con dos hermosas y bellas flores, siendo una rosa y un clavel. Al acercarse a la reina, la entregó ambas flores diciéndole: “Entre el clavel y la rosa, Su Majestad es-coja”.

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