El verano se presta para comer comidas bajas en calorías. Las frutas son de los alimentos preferidos por lo veraneantes, ellas refrescan, alimentan, e incluso en algunos casos hidratan.
En mi país, como en tantos otros, hay mercados de frutas y verduras, aunque también existen los vendedores ambulantes, y realmente uno de verlas, quiere comerlas. Las manzanas quedan brillosas en los cajones asemejándose a un cuadro, el color rojo intenso y su tamaño, son características que nos resultan sumamente atrayentes.
Uno se acerca y compra, 1 kg o 2. Y...nuestro buen vendedor, sin tocar las que vemos, esas que nos cautivaron, comienza a pesarnos las de abajo, para ponernos en la bolsa. Qué decepción resulta verlas al llegar a la casa!!! Ni parecidas, ni tan rojas, ni tan grandes, incluso algunas un poco machucadas, en fin...un fiasco.
Mute para silenciar a los vendedores de fruta que nos venden, gato por liebre...
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