Que maravilloso es poder disfrutar de un buen partido de fútbol, jugado con intensidad pero lealmente. Permitiendo que los virtuosos nos regalen su magia. El espectáculo deportivo debe contar con la colaboración de todos, también de esos personajes misteriosos, los árbitros...
Ellos tienen un papel central, para que el juego sea fluido, ágil sin mala intención. Pero resulta tremendo cuando vienen decididos a dar un "concierto de pito (silbato)". Pi..pi...pi, una y otra vez, cortando la jugada. Silenciemos a los árbitros que ejercen esta mala costumbre.
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